Una señora que tenía al lado en el autobús, se dirigió a mí: Fíjese, la chica de ahí delante puso excusas para no ceder su asiento a esa anciana de movilidad reducida, y va en los asientos reservados para esos casos.¡Qué morro! Hoy no hay... No hay lo que debería haber -le respondí-. No, no hay principios; por el gesto y la expresión de sus ojos..., no sé qué gente será- siguió-. De cuidado, sin duda- me atreví a responderle-. Por como va vestida -continuó-, reconozco que es la que lleva a unas niñas al colegio. Hoy, por tener más dinero, algunas entregan a sus hijos a cualquiera- le comenté-. Algunas es por necesidad, pero no todas; muchas, por tener un “pingo” más; yo dejé el trabajo- aseveró-. ¿Tiene usted carrera?-me atreví a preguntarle, pues parecía cercana-. Soy perito...y trabajé antes de casarme y hasta que nacieron mis hijas; entonces lo dejé, ahora ya no viven conmigo y no se dan cuenta. Pero seguro que le queda mucha paz -le dije-. Eso sí, y si hubiera continuado trabajando..., ¿qué habría adelantado con poder comprarme un “pingo” más? Me gusta poco salir de compras; muchas no se dan cuenta de que, según está la vida, hay que darles más dedicación a los hijos, que ahora hay mucho libertinaje. Mire –prosiguió-, cuando llegan a casa del trabajo, están “estragadas” y en la cocina sólo se oyen voces; se ponen nerviosas y riñen porque quieren hacer muchas cosas; a todo no pueden atender, así no hay orden.
Hoy bastantes mujeres –según las estadísticas– van tomando conciencia de la importancia de la dedicación a la familia, sobre el trabajo exterior. A mí me ha tocado salir a trabajar, y mi marido cogió el nocturno para no dejar a los niños tanto tiempo en manos extrañas. Como profesora, he compadecido a tantos niños pobres de la compañía de sus padres; suele notárseles en la desorientación y el escaso aprovechamiento académico.
Josefa Morales
1 comentario:
La alegría de vivir.
Río de la vida
¿Como podría transmitiros mí alegría y los motivos que me llevan a ella? Es algo tan simple, que se encuentra al alcance de todos, claro se necesita una lucha diaria, ejercer la virtud de la fortaleza, las demás virtudes también, pero yo diría que ésta es tan importante. Se nos mete con bastante facilidad el materialismo, fortaleza para frenar ese impulso del tener, comprar, no prescindir de nada, el placer por el placer. El autodominio de querer siempre llevar la razón y que se dobleguen a tu voluntad (soberbia).
¡Que bonito en el caso de formar una familia como es mi caso, mantener esa lucha diaria con sus pros y sus contras, luchando...Para que ese amor que se inició en el noviazgo crezca. Esos hijos si Dios nos los da tener esa preocupación por educarlos que se sientan seguros con sus padres en su familia. Educarlos en la libertad, que sepan distinguir el bien del mal, algo tan simple como eso son algunos de los motivos para estar alegres, esa lucha del día a día.
Yo como cristiana que soy la verdad es que me paso el día pidiendo ayuda a Dios y a mí personalmente me surge efecto, yo os diría que hagáis la prueba. Os puedo asegurar que mi alegría de hoy, de ahora, no la cambiaría por nada. Probar y veréis.
Ángeles Ávila
Publicar un comentario