A los ojos de mi Dios estoy entero:
He visto y oído un video que me ha enviado una amiga sobre un gran cantante, Tony Meléndez, talidomínico y sin brazos, pero que canta y toca la guitarra magníficamente bien. Una magnífica persona, casada, con dos hijos adoptados y que ve la vida como un lugar para hacer el bien.
Parte de su optimismo le viene de familia, de una familia cristiana en la que sus padres le ayudaron a luchar, a ver lo que podía hacer, que luchó por él y le llevaron a Estados Unidos porque ahí se trataba mejor niños así; y surgió un líder. Porque líder es aquel capaz de conducirnos a grandes ideales. Me emocioné y no me supo mal.
Muchos hemos nacido de pié en la vida, y ante la menor dificultad nos arredramos. Otros, con menos dificultades que Tony, desesperan. Y, sin embargo, como Tony hay muchos que saben ver la mano de Dios, curiosamente en esas limitaciones. A pesar de ellas tienen el don de la vida, la capacidad de amar y la seguridad que Dios a Tony le ve completo.
Vale la pena empeñarse en ver el bien que se puede hacer y hacerlo. Siempre es mucho más de lo que parece a simple vista. Y, además, el amor y el cariño humanos saben arropar al otro de un valor especial. Vales porque eres, porque estás ahí, porque me comprendes y te comprendo. Y es así como nos ve Dios.
frid
domingo, agosto 13, 2006
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