sábado, agosto 12, 2006

JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD


Hace un año acudí, acompañando a un grupo de chavales, a la Jornada Mundial de la Juventud, en Colonia.

Tuvimos la oportunidad, tras varios intentos, de entrar en la Catedral. Allí se estaba como a la puerta del cielo... Miles de personas visitando las naves, y, sobre todo rezando ante el Santísimo, y ante los restos de los Reyes Magos.

Fue algo difícil de explicar con palabras; sólo quien estuvo allí puede comprenderlo... ¡Encontrarse de golpe y porrazo con los Reyes Magos de Oriente, pidiéndoles lo que de niños se les pedía!, ¡Qué oportunidad!, Y además, ¡estando el mismo Niño de Belén al lado verdaderamente, en el Sacramento del Altar! Todo un privilegio inolvidable.

Y afuera... Miles de personas pasándolo estupendamente, con alegría irrefrenable, porque al día siguiente veríamos al Papa, al Vice-Cristo en la Tierra.

Efectivamente, al día siguiente vimos llegar, rodeado de gente y gente, como Jesucristo cuando vivía en la Tierra, a Benedicto XVI, que venía por el río.

Y como Jesucristo en el monte de las Bienventuranzas, se repitió la escena de enseñar la doctrina divina a millón y pico de jóvenes sedientos de la Verdad.

José Antonio Calvo Baena

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