martes, agosto 15, 2006

La excursión sin foto.

La excursión sin foto:

Hoy he salido algo precipitado al monte, he llevado la toalla y el bañador por si cae un chapuzón en un ibón; la crema de sol porque pega fuerte el astro rey; las gafas de sol; la cantimplora con agua fresca y unos frutos secos para el camino. Todo un ejemplo de previsión, pero, mira por donde, me he olvidado la cámara de fotos.

Y he comenzado la marcha con un grupo de amigos hasta el collado de Varradós, y nos acercamos, sin coronar, a una cima próxima, de 2410 metros de altura. El paisaje era magnífico, las vistas impresionantes, y, claro, mis amigos: mira que paraje,!es de fotografía! ¡qué foto más estupenda sería la de ese fondo de picos!, ¡es idílica esta escena de los caballos recortados en la cresta de esa loma!. Y además hemos podido saborear arándanos, fresas y fresones, visto algunas setas, distinguido algunas especies arbóreas o arbustivas. Y qué recuerdo me queda: el de la memoria. Pero para mis amigos sólo la fe en mi palabra.

Y eso es parecido a lo que nosotros hacemos con la doctrina cristiana. Otros convivieron con Jesús, vieron sus milagros, captaron la categoría humana y divina del Maestro, trataron a su madre. Pero no nos han dejado fotografías y tenemos que creer en sus palabras.

Es seguro que mis amigos me darán crédito cuando les cuente mi excursión sin fotos, para ellos soy de fiar. Pues los que escribieron los Evangelios nos dejaron un testimonio sin fotos pero totalmente fiable. Basta comprobar hasta qué extremo llegaron esos mensajeros: por no renegar de su fe sufrieron martirio, y eso no se aguanta por una historia inventada.

frid

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