lunes, octubre 03, 2011

Rachel Beckwith y el milagro de Etiopía

Rachel Beckwith es una niña que murió tras cumplir sus 9 años. Samantha, su madre, unos cuantos meses después del funeral de su hija decía: «siempre he estado increíblemente orgullosa de ella, de las decisiones que hizo a lo largo de su vida». Hablaba de Rachel como si fuera un adulto. Una niña de nueve años, ¿qué decisiones pudo haber tomado para que su madre estuviera "increíblemente orgullosa"?

Roberto Taboada | analisis@arcol.org


Este es el punto de la historia: en una vida tan corta, Rachel tomó decisiones sorprendentes. Hace algunos años, cuando apenas contaba cinco, Rachel pidió a su mamá que le cortara el cabello, pues lo entregaría a Locks of Love, una fundación que dona cabelleras postizas a niños que por tratamientos médicos han perdido su cabello. Unos años más tarde, Rachel repitió el mismo gesto: cuando se acercaba su cumpleaños número nueve, Rachel decidió seguir haciendo la diferencia.

¿Y qué le motivó a ello? En su iglesia –una pequeña comunidad cristiana en Washington (USA)- escuchó que mucha gente en África carecía de agua potable, y que hacían falta sólo veinte dólares para llevar el agua a una persona. Y su corazón, siempre generoso, no pudo quedarse sin actuar.

La pequeña comenzó a contactar a sus amigos y familiares pidiéndoles como regalo de cumpleaños un donativo de 9 dólares para la fundación Charity:wáter, la organización que construía pozos en países subdesarrollados. Su meta: recaudar 300 dólares para llevar agua limpia a 15 personas en África.

El día 12 de junio las cosas no pintaron como Rachel esperaba. Era su cumpleaños, la fecha límite para conseguir los 300 dólares, y su cuenta se quedó corta: faltaron 80 dólares para alcanzar su meta. La página de internet que había creado para recaudar el dinero se mantuvo en línea por varias semanas más, pero no llegaron nuevos donativos. Al menos Rachel no los pudo ver.

El 23 de julio, apenas seis semanas después de su cumpleaños, Rachel sufrió un accidente de automóvil. Durante el coma que duró varios días, amigos y familiares atestiguaron la lucha de esta pequeña, que trataba de aferrarse a la vida. El hecho conmovió a la ciudad y muy pronto la página de internet que Rachel había montado comenzó de nuevo a recibir donativos.

En un momento de conciencia, Rachel escuchó de su mamá que la cuenta de donativos había superado los 47 mil dólares, cifra que meses atrás el famoso Justin Bieber había recaudado para donar a otra fundación.

Días más tarde, Rachel falleció, pero su historia siguió contagiando a miles de personas. Para el 12 de agosto, la cuenta ya había superado el millón de dólares y con donadores de lugares tan lejanos como Brasil, Tailandia o Noruega. Un donante anónimo escribía junto a su cheque por 25 dólares: «Para la niñita del gran corazón».

El sueño que Rachel tenía de ayudar a 15 personas se multiplicó por tres mil: el próximo año, 50 mil personas en Etiopía tendrán agua limpia, y su madre estará ahí para atestiguar el milagro: «En medio de un dolor inexplicable surge una esperanza que es innegable» dice Samantha, su madre. Y sentencia: «Yo sé que Rachel está sonriendo».


domingo, junio 12, 2011

Más vacunas para los pobres podrían salvar 6,4 millones de vidas

 
Un mayor acceso a vacunas en 72 de los países más pobres del mundo podría salvar las vidas de millones de niños y ahorrar miles de millones de dólares, según una serie de estudios.

En investigaciones publicadas en la revista Health Affairs y The Lancet, expertos en salud pública y científicos estimaron que si el 90 por ciento de los niños de esos países fueran vacunados, en 10 años se podrían ahorrar más de 151.000 millones de dólares (unos 104.230 millones de euros) en costes terapéuticos y pérdida de productividad. Esto, a su vez generaría beneficios económicos de hasta 231.000 millones de dólares y permitiría salvar la vida de unos 6,4 millones de niños, agregaron.
 

Aun así, uno de los estudios, el de la Alianza Global para Vacunas e Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés), que depende de donaciones, concluyó que los países pobres son duramente presionados para pagar programas de vacunas sin ayuda de donantes externos.

Muchos consideran que las vacunas son la mejor inversión en salud pública en los países en desarrollo debido a que pueden proteger vidas productivas y reducir los costes del cuidado de la salud y los tratamientos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, erradicar la viruela a un coste único de alrededor de 100 millones de dólares ha ahorrado al mundo unos 1.350 millones de dólares al año desde 1979. "La idea es simple: las vacunas salvan vidas, evitan el sufrimiento y crean riqueza", escribió Richard Moxon, profesor de pediatría de la Universidad de Oxford, en The Lancet.

La vacunación infantil contra enfermedades como neumonía neumocócica, hemofilia influenza tipo b (Hib), difteria, tétanos, sarampión y rotavirus es común en los países ricos, pero muchas naciones pobres tienen escaso o nulo acceso a estos productos.

GAVI, que financia programas de vacunación para países que no pueden costearse los precios de Occidente, realizará una conferencia de donantes en Londres la próxima semana, donde tratará de cerrar una brecha de financiación de 3.700 millones de dólares para sus compromisos hasta 2015. Varios laboratorios líderes, como GlaxoSmithKline, Merck, Crucell, de Johnson & Johnson, y Sanofi Pasteur, de Sanofi-Aventis, ofrecieron esta semana reducir los precios de algunas de sus vacunas a los países en desarrollo para intentar mantener el suministro mediante GAVI.

Y el Gobierno británico lanzó un plan de donaciones de 50 millones de libras (unos 56 millones de euros)) para apuntalar los fondos de la alianza. "Sin una importante asistencia de los donantes internacionales, los países más pobres estarán muy presionados para pagar los costes de llegar a todos sus niños con vacunas que salvan vidas", dijo Helen Saxenian, del Instituto Resultados para el Desarrollo, en Washington.

GAVI dice que ha prevenido más de 5 millones de muertes infantiles en la última década y evitará 4 millones más antes de 2015, con los fondos necesarios, mediante programas de inmunización que llegan a más de 240 millones de niños.

JDM


domingo, abril 24, 2011

La conversión de Tom Leopold

Tom Leopold, creador televisivo de éxito (Cheers, Seinfield, Will&Grace…) que ha trabajado con Billy Cristal, Chevy Chase, Bob Hope o Steve Allen, actor y escritor de varias novelas, pertenecía hasta hace unos días a la religión judía. Sin embargo reconoce: "Éramos todos judíos, pero por alguna razón siempre habíamos celebrado la Navidad".

"Cheers", el ex judío y la Pascua


La grave enfermedad de una de sus hijas unida a unos encuentros casuales con un sacerdote famoso, provocó la oración: "¡Por favor, Señor, dame aunque sea el más pequeño signo de que estás ahí! ¡No puedo con esto yo solo!". Recientemente ha declarado: "Dos mil años después seguiría a Jesús si Él me llamara (…). Siempre me gustó Jesús, aunque no fui lo suficientemente profundo para comprender la idea de que es el Hijo de Dios".

Este Domingo de Resurrección ha explicado en el blog de la Conferencia Episcopal norteamericana el por qué de su ingreso en la Iglesia Católica, un bautismo que ha hecho sonreír al Cielo más que toda su profusa obra cómica.

Lole Bravo