domingo, abril 23, 2006

Toda vida vale la pena


Habéis leído una de las historias de Harry Potter, año tercero de Hogwart... en ese libro se muestra al prisionero de Azkaban, Sirius Blank, su padrino y un presunto colaborador del asesino de su padre.

Sin embargo el asesino es Colagusano, el portador del secreto de los padres de Potter que les traicionó.

En un momento Harry impide a Sirius y a su amigo Lupín que maten a Colagusano y se conviertan en asesinos.

Gracias a esa acción Colagusano está en codiciones de huir y unirse al maligno Voldemort.
Dumbledore da la clave a Harry, que desolado ve como el criminal huye y su padrino tiene que volver a esconderse de la justicia: Harry ha hecho algo de gran valor... ha logrado que sus amigos, a los que él quiere, no se degraden, no pasen al gremio de los asesinos.

No se sabe lo que seremos cada uno pero Harry nos da dos lecciones:

Siempre que se salva una vida se logra que alguien sea mejor, que no entre el el club de los asesinos... y menos aún en el drama de ser infanticida del propio hijo.

Vale la pena salvar una vida, incluso si después se tuerce en el ejercicio de la libertad. De hecho Dios que sí sabe lo que seremos permitió que naciera Zapatero con su afán destructivo, Estálim que logró ser de hecho destructivo, tú y yo que no sé lo que seremos, y personas como Teresa de Calcuta que logró salvar tantas vidas.

Frid.

sábado, abril 22, 2006

PROCESIONES DE SEMANA SANTA EN CASTILLA.


Manifestación de Arte es la Semana Santa castellana, destacada en Valladolid, Zamora, etc. Desde las andas a la imaginería barroca, desde los lujosos y bellísimos trajes de bastantes cofradías, hasta la música sacra. No menos importante, la devoción que acompaña a estas procesiones, y el silencio, que ayuda a recoger el alma e invita a rezar y a meditar en la Pasión del Redentor.

Me he asomado esta noche (12.4.06) a la Plaza de Santa Cruz para ver la procesión del Encuentro. Casi se queda pequeña la gran Plaza, abarrotada de gente para contemplar, un año más, a la Madre Dolorosa que se encuentra con su Hijo. Momento de gran emoción que trae también a la memoria los sufrimientos humanos que son consecuencia de graves injusticias. Unir nuestras penas a las de la Virgen, no las evapora; pero aporta un consuelo y las hace más llevaderas.

Josefa Romo

viernes, abril 21, 2006

¡Huy, qué suerte!

No sé si os acordáis de una viñeta gráfica que salió por reyes este año... Estaba Pepito, un chaval pobre, junto a otros que tenían esos conches teledirigidos último modelo. Ellos le preguntaban ¿A tí que te han traido los Reyes?... A mí, mi madre me ha dado un par de besos y mi padre un abrazo... Y a coro exclamaron los otros chavales: ¡Huy, qué suerte!

Ahora siento no haber guardado la viñeta porque muestra algo grande y actual. El rico era Pepito, tenía un papá y una mamá que le querían, que estaban pendientes de él, que no le sobornaban con juguetes para que no incordiara. Pepito, en su pobreza, era el rey de la casa, la ilusión de sus padres. Era rico en cariño.

Muchos hemos sido como Pepito, hijos de unos padres que se han sacrificado para sacarnos adelante, que no han tenido ni Televisión, ni coche, ni finca en la Playa... pero qué divertida era la vida en casa y, en esos veranos interminables, en el pueblo... donde con un palo eramos exploradores, guerreros, cazadores, reyes, y tantas cosas arropadas por una imaginación que suplía la cruda realidad de ese pedazo de madera.

Hoy, para ser feliz hay que tener ¡tantas cosas! que es muy, pero que muy difícil. No digo que debamos volver a la pobreza del niño de la viñeta... pero sí a la valoración de las cosas con un sentido distinto. Acumulemos la riqueza del cariño, del tener tiempo para estar con los que realmente nos importan... y veremos cómo ponemos un granito de arena y otro, y otro... para hacer más humana la convivencia.

Frid