CIUDAD DEL VATICANO, 5 DIC 2007 (VIS).-En la audiencia general de este miércoles, celebrada en el Aula Pablo VI, Benedicto XVI habló sobre San Cromacio, obispo de Aquileya, "ferviente centro de vida situado en la Décima región del Imperio Romano, la Venetia et Histria".
El Papa afirmó que "entre la mitad del tercer siglo y los primeros años del cuarto, las persecuciones de Decio, Valeriano y Diocleciano habían cosechado un gran número de mártires" y la Iglesia de Aquileya se enfrentaba "a la amenaza de la herejía arriana, que negaba la divinidad de Cristo".
En el 381, dijo, Cromacio participó en calidad de experto de Valeriano, obispo de Aquileya, en un Sínodo convocado para luchar contra "los últimos residuos del arrianismo en Occidente".
El Santo Padre recordó que Cromacio nació en Aquileya en el 345 y fue elegido pastor de esta Iglesia en el 388. Consagrado obispo por San Ambrosio, "se dedicó con valentía y energía a una tarea enorme por el vastísimo territorio que se le confió: la jurisdicción eclesiástica de Aquileya se extendía a los territorios actuales de Suiza, Baviera, Austria y Eslovenia, hasta llegar a Hungría". El santo obispo murió exiliado en Grado, en el 407, el mismo año que San Juan Crisóstomo.
Tras poner de relieve que de San Cromacio se conservan más de cuarenta sermones y más de sesenta tratados de comentarios al Evangelio de San Mateo, Benedicto XVI señaló que "fue un sabio maestro y un preclaro pastor (...) y en su enseñanza parte siempre de la Palabra de Dios y vuelve siempre a ella. Entre los temas que le gustaban en particular destacan, sobre todo el misterio trinitario, que contemplaba en su revelación a lo largo de toda la historia de la salvación; el Espíritu Santo, (...) y el misterio de Cristo. El Verbo encarnado es verdadero Dios y verdadero hombre: asumió totalmente la humanidad, para donarle la propia divinidad".
El Papa destacó que "la insistencia en la naturaleza humana de Cristo llevó a Cromacio a hablar de la Virgen María", a la que describe de distintos modos, como por ejemplo, "la virgen evangélica capaz de acoger a Dios" y la pone en relación con la Iglesia: "ambas son "vírgenes" y "madres". Además, continuó, "la eclesiología de Cromacio se desarrolla fundamentalmente en el comentario a Mateo", cuando escribe que "la Iglesia es única, nacida de la sangre de Cristo".
"Cromacio supo hablar a sus fieles con un lenguaje fresco, vivaz e incisivo. (...) Como buen pastor, en un período borrascoso como el suyo, marcado por las incursiones de los bárbaros, estuvo cerca de los fieles para consolarlos y abrir su alma a la confianza en Dios, que nunca abandona a sus hijos".
Al inicio del período de Adviento, concluyó el Santo Padre añadiendo unas palabras de modo espontáneo, "San Cromacio nos dice que el Adviento es un tiempo de oración, y nos invita a entrar en contacto con Dios. El nos conoce, conoce a cada uno y nos quiere, no nos abandona. Con esta confianza vayamos hacia adelante en este tiempo litúrgico. ¡Buen Adviento a todos!".
VIS 071205 (530)
Nueva joya patrística | |
Cromacio de Aquileya. Comentario al evangelio de Mateo es el último título de la Biblioteca de Patrística (ed. Ciudad Nueva). Tras la introducción presentando la figura del obispo de Aquileya san Cromacio, se ofrece su comentario, uno de los más extensos sobre el primer evangelio. |
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