sábado, noviembre 25, 2006

Una canción a la vida: Yo soy tu niña, la niña de tus ojos, porque me diste nombre.

Yo soy tu niña, la niña de tus ojos.

Vale la pena haber dejado que la vida naciese. Esas relaciones de amor, ¡tan grandes! cómo serían posibles si truncamos una vida. El mundo es rico si es rico en el amor, si hay seres a los que importamos. ¿Cómo será eso posible si no los dejamos nacer?

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