Charlton Heston
Por: José María Moncasi de Alvear
Hace años mi hermana mayor viajo en avión al lado de esta leyenda viva. Se sentó en el asiento de pasillo. Un tipo, alto, rubio y de mirada serena. Un gran lector, según me contó my sister.
Hace años mi hermana mayor viajo en avión al lado de esta leyenda viva. Se sentó en el asiento de pasillo. Un tipo, alto, rubio y de mirada serena. Un gran lector, según me contó my sister. Heston era un hombre creyente, honrado y fiel a su familia. En su despedida pública con ocasión de anunciar que padecía Alzheimer pidió a sus admiradores que le recordáramos como un tipo alegre, que había vivido la vida de una manera fecunda, plena y muy larga. Muy crítico con la sociedad en la que le tocó vivir, en un discurso en Harvard en 1999 se lamentó la guerra cultural en la que se encuentra la sociedad americana, dónde lo políticamente correcto es lo único admisible. Es famosa su frase: "Marché con negros en los 60 a favor de sus derechos civiles, antes de estar de moda, pero cuando dije el año pasado que el orgullo blanco es tan importante como el negro, el rojo o el de cualquier color, me llamaron racista. He trabajado con homosexuales de mucho talento durante toda mi vida, pero cuando dije que los derechos de los homosexuales no deberían de ir más allá de los míos o de los vuestros, me llamaron homófobo". Charton Heston se nos ha ido. Un hombre de principios que creía en la libertad de conciencia, en la libertad de expresión y en la libertad del individuo por encima de encorsetamientos o todo aquello que supusiese someterse a lo políticamente correcto. Me queda su recuerdo y películas como '55 días en Pekín' o 'El Cid'. Descanse en paz.
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