martes, noviembre 18, 2008

Carta a los Reyes Magos. A mis queridos niños.

19.11.2008.

A mis queridos niños


Los cachorros son preciosos y a todo el mundo le llaman la atención, pero crecen, ladran, tienen necesidades...

Por: Lupus Signatus

Llegan las vacaciones de Navidad y los niños se apresuran a escribir la carta a SS. MM. los Reyes Magos de Oriente. Como todos los años pedirán juguetes, PSP's, DS y otra serie de juegos de moda, pero también pedirán algo que no es un juguete aunque sirve para jugar, algo tiene vida por si mismo, algo que tiene sentimientos y necesidades. Me refiero a las mascotas. Por este motivo hoy me quiero dirigir a los niños, ya que los mayores todavía no hemos aprendido la lección.

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Llegan las vacaciones de Navidad y los niños se apresuran a escribir la carta a SS. MM. los Reyes Magos de Oriente.  Como todos los años pedirán juguetes, PSP's, DS y otra serie de juegos de moda, pero también pedirán algo que no es un juguete aunque sirve para jugar, algo tiene vida por si mismo, algo que tiene sentimientos y necesidades.  Me refiero a las mascotas.  Por este motivo hoy me quiero dirigir a los niños, ya que los mayores todavía no hemos aprendido la lección.

Queridos niños, esto que os voy a contar me lo contó una vez un perro, ese que normalmente ha sido siempre calificado como "el mejor amigo del hombre", y que lo cierto es que normalmente el hombre no cumple a la inversa.

Hace aproximadamente 20 años, fui a realizar un curso en Madrid sobre adiestramiento canino en la detección del tabaco de contrabando.  Allí tuve la suerte de conocer a un perro llamado Jack y que me contó su historia hasta el momento que coincidió con migo cuando apenas tenía un año de edad.

Jack, me contó que llegó a una casa de Madrid como regalo de Reyes para unos niños que tenían la ilusión de tener un Pastor Alemán, los Reyes con toda la buena voluntad que les caracteriza, se lo entregaron la madrugada del día 6 de enero de ese año.

Al principio, todo iba medianamente bien, llegó a esa casa cuando apenas tenía 7 semanas de vida y estaba recién destetado.  Era un cachorro pequeño que parecía un peluche, pero con vida.  Al poco de llegar empezaron las incomodidades, lógicamente, una animal necesita comer, beber, pasear, hacer sus necesidades… y aquí suelen empezar siempre las dificultades.

Un perro con siete semanas no es capaz por si mismo de conseguir su alimento, hay que sacarlo a la calle a pasear varias veces al día y además hay que enseñarles el lugar donde deben hacer las necesidades, y ese lugar no es en casa.  Pero normalmente las personas quieren que el perro nazca aprendido y, desde el primer día, sepa donde debe dormir, cual es su lugar en la casa, donde debe hacer sus necesidades, etc.  Pero además no quiere complicaciones, y eso de levantarse antes por la mañana, sobre todo en invierno, para sacar al perro, venir de trabajar y tener que sacar el perro en lugar de sentarse cómodamente en el sofá, o llegar del colegio y tener que sacar el perro en lugar de jugar con la Play, son cosas muy molestas.

A todo esto se unió que, mi amigo Jack, lógicamente empezó a crecer con tan mala suerte que, la casa donde vivía no crecía a la vez.  Además hay que sumar a este cúmulo de desdichas que, si habla una persona a nadie le molesta, pero si el perro habla estorba.  Da igual que al que ladre sea conocido o no, molesta.

Todo esto generó que Jack, en las vacaciones de Semana Santa, fuese abandonado a su suerte cerca de una urbanización próxima a Madrid.  Aquí, unos niños se encapricharon con él y terminaron por adoptarlo y llevarlo a su casa.  Todavía parecía un cachorro de Pastor Alemán y seguía llamando la atención.  Pero aún en una urbanización, el perro sigue teniendo necesidades y además sigue necesitando de alguien que se responsabilice de él.

Iba creciendo, y casi todo iba bien, pero fue convirtiéndose en un perro nervioso, feo y que en lo único que se parecía a un Pastor Alemán era que tenía un bonito y tupido manto color negro-fuego.

La verdad que Jack no era un perro precisamente bonito, la cabeza en su conformación sería algo más parecido a un lobo-galgo que a un lobo.  Las orejas, de implantación alta en el cráneo, eran más grandes de lo debido y más parecidas a las alas de un DC-10 que a las orejas de un Pastor Alemán.  El rabo, en lugar de caído en forma de sable, era de implantación alta y levantado que parecía mas que llevaba la antena de la radio desplegada que no el rabo de un perro.

Esto hizo que el perro cada vez fuera más el "patito feo" de la casa que no la mascota deseada.  Fue cada vez más arrinconado como un cacharro indeseado y que había que esconder, esto lo convirtió en un perro todavía más nervioso y con graves problemas.  Lo peor de todo, fue que al no atenderlo, para llamar la atención, comenzó a realizar sus deposiciones en el primer sitio que encontraba, y se le empezó a corregir de tal manera que lo que se le provocó fue que terminase comiendo sus heces para no ser castigado por ello.

Como es lógico, este perro tenía todas las papeletas, no para ser abandonado que ya lo estaba, sino para abandonarlo completamente a su suerte por las carreteras españolas.  Y así fue, cuando llegaron las vacaciones de verano, y como le sucede a miles de perros todos los años, fue abandonado en la carretera de Burgos.  Por segunda vez en sus seis meses de vida, había sido abandonado por familias que, teóricamente, querían un perro como mascota de sus hijos.

Pero Jack, tuvo mucha más suerte que miles de perros, y otras mascotas, todos los años.  Alguien lo encontró, y en lugar de adoptarlo, lo llevo a la carretera de Mingorrubio, junto a El Pardo y lo dejó atado a la puerta de acceso de la Escuela de Perros Policías de la Guardia Civil.  Fue allí donde nos conocimos y donde me contó su historia.

Jack, durante los seis meses en los que fue adiestrado para la lucha contra la entrada ilegal de tabaco, terminó venciendo todos los problemas de comportamiento que tenía por los abandonos padecidos.  Posteriormente, y gracias a su extraordinario trabajo, fue reciclado a la lucha contra el tráfico de drogas donde, me consta que hizo una gran labor hasta el momento de su muerte.

Este gran perro, aunque feo, era un animal noble, agradecido, desinteresado, trabajador, con ganas de vivir y un gran luchador.  El me contó su historia para que se diese a conocer, y para que vosotros los niños y nosotros los mayores sepamos que un animal en casa lleva consigo una serie de compromisos que hay que asumir.  Que esto hay que saberlo antes de tenerlo y pensar que muchas veces es mejor tener una figurita de porcelana en casa, que no una mascota que pueda terminar abandonada a su suerte en las carreteras españolas.

Daos cuenta que todos los años son miles los perros que por diferentes motivos son abandonados a su suerte, ahorcados en los montes de España al terminar la temporada de caza, muchos atropellados por vehículos en nuestras carreteras y otros son victimas de los disparos de los cazadores para evitar los daños ocasionados al ganado para poder subsistir.

Este año, pensar bien lo que vais a pedir a los Reyes Magos, si queréis una mascota acordaros de la historia de Jack y pensar si seréis capaces de responsabilizaros y de comprometeros con ellos para no terminar abandonándolo.  Si después de pensarlo bien, decidís seguir pidiendo una mascota, adelante, si recibe el trato y el cariño debido, veréis como tenéis un amigo fiel con el que disfrutaréis de muchos juegos y además y por qué no, también aprenderéis muchas cosas.

Lupus Signatus

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