CIUDAD DEL VATICANO, 11 OCT 2006 (VIS).-Los apóstoles Simón el Cananeo y Judas Tadeo fueron los protagonistas de la catequesis de la audiencia general de hoy, celebrada en la Plaza de San Pedro y a la que asistieron 40.000 personas.
El Papa explicó que a Simón se le conoce también con el epíteto de "zelota", y que era "muy posible que aunque no perteneciese propiamente al movimiento de los Zelotes, se caracterizase por un ardiente celo por la identidad judaica, y de ahí, por Dios, por su pueblo y por la ley divina".
"De ser así, Simón es completamente diverso de Mateo -dijo el Santo Padre-, que en cuanto publicano, procedía de una actividad considerada impura. Este es un signo evidente de que Jesús llama a sus discípulos y colaboradores de todos los niveles sociales y religiosos, sin diferencias. Le interesan las personas, no las categorías sociales o las etiquetas" y "sus seguidores, si bien diversos, coexistían superando las imaginables dificultades: Jesús era el motivo de cohesión. (...) Nosotros, al contrario, tendemos a menudo a subrayar las diferencias e incluso las contraposiciones, olvidando que en Jesucristo reside la fuerza para resolver nuestros conflictos".
Después, el Papa recordó que el sobrenombre de Judas, Tadeo, significa "magnánimo", y la pregunta del apóstol en la Ultima Cena: "¿Qué ha pasado para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?", cuando Cristo en su respuesta "afirma una verdad muy importante: la manifestación plena a sus discípulos no es externa, sino interior y está condicionada por el amor del discípulo".
A Judas Tadeo se atribuía una de las Cartas del Nuevo Testamento, cuya "preocupación central (...) es alertar a los cristianos de todos los que con el pretexto de la gracia de Dios se excusan de sus desenfrenos y engañan a otros con enseñanzas inaceptables, introduciendo divisiones en la Iglesia".
"Quizá hoy no estamos acostumbrados a utilizar un lenguaje tan polémico -observó el Papa-, que si bien con imágenes muy hermosas no deja de decir con mucha claridad lo que caracteriza al cristianismo y lo que es incompatible con él. Hay que proseguir con constancia el camino de la indulgencia y del diálogo, felizmente emprendido por el Concilio Vaticano II. Pero no podemos olvidar el deber de replantear y subrayar siempre con igual fuerza las líneas maestras e irrenunciables de nuestra identidad cristiana, (...) que no es solo cultural, (...) sino que requiere la fuerza, la claridad y el coraje de la provocación propios de la fe".
Al final de la audiencia, el Papa bendijo una estatua de Santa Edtih Stein, que ha sido colocada en una hornacina en la parte externa de la basílica vaticana. La santa carmelita descalza fue canonizada por Juan Pablo II precisamente un día como hoy hace ocho años.
AG/SIMON CANANEO:JUDAS TADEO/EDITH STEIN VIS 061011 (490)
miércoles, octubre 11, 2006
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1 comentario:
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